“Me sentía la peor de todas, sucia, hipócrita, indecente, esclavizada a una sociedad que jamás entendería que yo nunca quise que todos lo vieran, llorar no me servía de nada pues no sabía a quién culpar, la única culpable era yo”

 Mere

 

“Yo también tenía ganas de salir a disfrutar la vida, me asomaba por la ventana de mi casa pensando ¿cómo no existe un procedimiento para cambiar de vida?, para que nadie me señale, para que no me vean con culpa, para no escuchar la burla en la escuela y en mi trabajo, unos ojos para no seguir viendo la dureza con la que todos evidenciaron mi vida sexual a través de ese maldito video, yo tengo la culpa, si de vivir libremente mi vida sexual, de haber descuidado esa información pero no entiendo de que más tengo la culpa, me siento muy culpable y quisiera morirme".

Mar

 

“Mis papas no saben nada, me da vergüenza decir que yo misma me tome esa foto y que por alguna razón ahora todos la tienen, y que  algún despiadado o despiadada la subió a esas páginas, recibo muchas solicitudes para hacer sexo oral, desnudarme más, pues me creen una prostituta, a mis amigas les da pena juntarse conmigo , no puedo dormir por pensar que algún día llegaran esas imágenes a mis padres y no sabré que decir, que hacer, me pidieron fotos de otras niñas para entonces borrar la mía, ayúdenme".

No digas mi nombre

 

“Mi hija ni siquiera tiene fotos de carácter sexual, mi hija solo se tomó una foto en la playa con sus amigas y ahora está en un blog de mujeres que tiene más de 15 mil visitas, estoy aterrada, en el ministerio público me dicen que no hay delito que perseguir o a quien acuso si no tengo pruebas de nada, yo molesta me pregunte: ¿acaso eso no es “trata de blancas”?  Ósea, ¿por qué es virtual no existe?, como borro tantas comentarios que hacen de ella estos degenerados como puede ser que ¿faceebok no borre estas páginas? Peor aún; como puede ser que las autoridades no hagan nada".

Norma

 

No sé qué más poder argumentar si no es el grito de desesperación que vivimos todas las víctimas de esta nueva violencia a través de nuevas tecnologías, cada historia es totalmente diferente, cada caso es peculiar y cada una tiene algo importante que decir,  la angustia y el dolor que sientes es exactamente el mismo, pero pocas queremos hablar de esto, pocas decimos ya basta y más aún pocas tenemos el valor de enfrentarlo.

 

Con mensajes similares a los anteriores son los que recibimos casi del diario, quisiera hacer una aportación más allá que solo testimonial de esta aberración, quisiera hacer llegar a ustedes un estudio especializado, una obra literaria o algo que sea tan fastuoso que pueda servir para sensibilizar sus corazones pero lo único que se me vino a la mente es simplemente hablar con la verdad teniendo la esperanza de que todos los que nos leen, sean la voz de todas nosotras.

 

Las TIC permiten que los perpetradores o delincuentes cibernéticos cometan actos de violencia de forma anónima y a distancia de las mujeres a los que van dirigidos, por lo que es más difícil identificarlos y denunciarlos ante la justicia. Los servicios de rastreos de teléfonos y las plataformas para compartir en la red también permiten la vigilancia de las actividades de las mujeres y la reproducción y distribución de fotos íntimas con muy poco esfuerzo y bajo costo.

 

Debido a la memoria “todo se graba, nada se olvida” de internet y la posibilidad de reproducción infinita de la información, las mujeres experimentamos las consecuencias de los textos e imágenes del acoso sin poder hacer nada para frenar la situación.

 

En muchos casos de violencia, los perpetradores son muchos. Por ejemplo, en la distribución no autorizada de imágenes privadas suele haber un único perpetrador principal – la persona que publica las imágenes. Pero quienes las ven y las hacen circular se convierten en perpetradores adicionales y cómplices de esta ciberdelincuencia. De la misma manera, el acoso en línea suele involucrar a varios abusadores que publican comentarios sexualmente agresivos y amenazas. Todos estos actos de violencia violan un conjunto de derechos de las mujeres, que incluyen el derecho a la privacidad y a la protección de la información personal y delicada.

 

Esta violencia no porque sea virtual no es real, viola el derecho de las mujeres a la integridad y la autonomía corporal, más aún, la violencia relacionada con la tecnología afecta la libertad de las mujeres para expresarse, moverse en línea con libertad y disfrutar de las comunidades en línea –por lo que viola su autonomía, libertad de expresión y acceso a la información-.

 

El daño que experimentamos las mujeres por esta violencia es principalmente psicológico y emocional e incluye miedo, enojo, estrés y depresión. Pero además, el abuso en línea, si no se controla, puede escalar hacia un abuso físico en la vida real. En algunos casos, la violencia relacionada con la tecnología ha desembocado en suicidios, en particular de personas jóvenes.

 

No dejamos de valer por esto, no somos objetos somos sujetos y la violencia puede venir de mujer a mujer, hombre a mujer y viceversa, pero lamentablemente según UNIFEM las cifras de violencia más agudas son en contra de las mujeres, a escala mundial se estima que al menos 1 de cada 3 mujeres ha sido golpeada, coaccionada sexualmente o a sufrido algún tipo de abuso. Es por ello que debemos seguir a pesar de todo, no rendirnos, seguir caminando, prevenir con nuestro testimonio y nuestras acciones a aquellas que pueden estar expuestas y estas, son todas las mujeres, sin edades, sin condición social ni física, por antonomasia, exhortar a nuestras autoridades a poner un freno a esta violencia.

 

"Una mujer con imaginación es una mujer que no solo sabe proyectar la vida de una familia y la de una sociedad, sino también el futuro de un milenio".

Rigoberta Menchú